jueves, 10 de septiembre de 2015

Aquellas noches de verano

Hace unas semanas, os comentaba el potencial que puede tener la cámara de tu móvil, quizás ya has estado trasteando y ya tienes alguna que otra fotografía de esas que cuando la ves piensas: Increíble ! 

Os animo a que sigáis probando y probando...y no olvidéis que existen infinidad de accesiorios adaptables a tu smartphone

Aquí puedes ver las fotografías que nos envió Lluis Click. y si como él quieres aparecer en "Desde tu móvil", sólo tienes que mandarnos un correo desde el formulario de contacto que encontrarás en este blog

En esta ocasión, hemos pedido a Lluís Click que nos exprese qué siente al recordar "Aquellas noches de verano"


Resaca de verano. Melancolía disfrazada de pieles semi bronceadas que miran hacia atrás anhelando el descanso de quien ha trabajado todo el año. Vuelta a empezar con la rutina. Un simple parpadeo; eso dura el verano, un simple parpadeo. Abro y cierro. Como el momento de hacer click en el botón de la cámara, un simple suspiro, milisegundos, un gesto, click.

Y vuelves del trabajo al que has ido como un autómata y te sientas en el sofa y recuerdas aquellas noches de verano que empezaban como cualquier noche, sentado en la arena mirando el horizonte y dejándote abrazar por esa puesta de sol con los pies hundidos en la tierra húmeda perdiendo la mirada entre aquell cielo azul partido por los últimos rayos de un sol rojizo. El rumor del oleaje, el vaivén de las olas que van y vienen como todo en esta vida. Recuerdos que se agolpan sentado en el sofa. 




Y vas a la cocina para prepararte algo de cena. Y escuchas el sonido de las ollas sobre los fogones recordando aquella noche en la que el fuego, los petardos, las carreras, los diablos y todas las criaturas infernales agrupadas en la esplanada del pueblo quemaban todo lo quemable, petaban todo lo petable, gritaban y bailaban y saltaban poseidos bajo una orgía de chispas. Y tu mirabas y parpadeabas y... click... click.... click....








Y cenas y saboreas la explosión de sabores en tu boca. Explosiones como las del castillo de fuegos que anunciaba el fin del verano. Explosiones que iluminaban el cielo despejado. Explosiones de colores, de luz, de júbilo. Explosiones que apagaban las estrellas y encendían el cielo. Explosiones que subían, que bajaban, que silbaban y que, al final, explotaban. Explosiones que.... click... click... click....







Y el día acaba como acaban los días en los que regresas de vacaciones y te enganchas a la rutina. Los recuerdos se agolpan y resurgen y resuenan y te abrazan y van y vienen, como aquellas olas. Se encienden con fuerza y se apagan como se apaga la hoguera de san Juan... esperando que el año que viene te reencuentres con ellos y.. click... click.... click....





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