Nos
encontramos en Roma, en lo alto del monumento Vittorio Emanuele, donde turistas
con cámaras en mano captan Roma desde el cielo. Las impresionantes posibilidades
que ofrece la gran terraza no deja indiferente a nadie. Una panorámica digna de
fotografiar desde todos sus ángulos.
Y
yo, curiosa por intentar fotogafiar a estos turistas, veo Roma através de mi
objetivo, tengo el otro ojo cerrado, así que sólo puedo ver lo que mi cámara me
deja, y ¿qué me encuentro a su paso? Esta magnífica gaviota, que posada en uno
de los bloques de mármol que forma la gran terraza, deja que le haga este
maravillo retrato.
Roma desde el cielo, nunca mejor mostrado. Desde la mirada fija de la gaviota que vive en el tejado de Vittorio Emaniele
Tengo que admitir que me asombra la capacidad de
algunos animales para acostumbrarse a la multitud de la gente que se encuentra a
su alrededor. La gaviota sin inmutarse, posa espléndida para mi. Hace caso omiso
al ruido de la ciudad, las risas de los turistas que mientras se refrescan en la
cafetería que han instalado en la terraza del monumento (aquí hace un calor de
mil demonios), a la pareja que se acerca y le señala con el dedo, al niño que
intenta alcanzarla sin éxito, ella posa, con mirada fija en el horizonte y sus
crías en lo alto de un nido de otra de las "torres" de mármol. Es cautivadora, y
no puedo evitar sonreir al ver a mi compañero poner cara de póker cuando ve que
al revés del resto de turistas, en vez de fotografiar Roma desde cielo (que
también hago) dedico parte del tiempo a admirar a esta preciosa gaviota.
En una fotografía se puede sacar de lo cotidiano algo extraordinario.
#fotosinfiltro
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